Hablan los poetas de los corazones rotos, los vasos vacíos y sucios de algún bar en donde nadie se mira a los ojos y vacían sus almas en pequeños frascos de cristal. Hablan los poetas sobre la luz de la luna, cuando está llena, y ya no parece tan pequeña ni tan frágil, de como las estrellas se quejan de su soledad infinita, que ya ni existen.
Hablan los poetas de lugares, como si fueran inmensos y no acabasen. Como si fuese infinita su belleza, como si el hombre nunca fuera a destrozarla, como lo hace con todo.
Escriben, los poetas escriben y callan.
Porque el silencio también es poesía y a veces dice más que mil palabras juntas. Escriben porque saben que alguien escucha, y nadie quiere ser juzgado de loco cuando hablan de unos ojos que no han visto nunca.
Hablan de las botellas vacías, de los colchones abandonados en alguna esquina, de las jeringuillas de los parques donde la vida pasa rápido e ignora. Porque a nadie le importa si no la sigues el ritmo.
¿Y a los poetas? ¿Quiénes les escriben?
Quiénes hablan de sus ojeras inmensas por un amor que no redime y que ya no existe, pero perdura en la memoria porque los poetas no olvidan... porque olvidar es antipoético. Los poetas rompen sus poemas pero siguen estando en su cabeza. Quiénes hablan de sus ceniceros llenos de cenizas, de su vaso lleno de whisky y sus miles de libros apilados en la estantería, y en los muebles. Quiénes lloran por los poetas, si éstos no lo hacen. Quién les dice que todo va a ir jodidamente mal, pero que no están solos. Si los poetas aman la soledad y añoran el calor de un abrazo sincero. Quién entiende a los poetas que se contradicen una y otra vez por un poco de cordura que en realidad ni quieren.
Los poetas escriben, hablan de la vida que pasa desapercibida en los ojos de un cualquiera que no sabe pararse a ver, en vez de a mirar. Hacen que el tiempo cobre sentido fuera de las agujas del reloj.
Los poetas dan sentido a nuestras vidas, mientras la suya carece de él.
Unos ojos que no llegan para redimir sus almas en pena.
Y entonces; silencio.
Unos ojos que no llegan para redimir sus almas en pena.
Y entonces; silencio.
Silencio,
los poetas están escribiendo
así que cierra la maldita boca.
los poetas están escribiendo
así que cierra la maldita boca.