jueves, 9 de junio de 2016

Please, end.




Últimamente ando observando que el mundo cada vez es más pequeño; me explico.
El odio está, cada vez, mejor visto. Somos pequeños trozos de carne hasta arriba de éxtasis como los nazis que, poco a poco, queriendo ganar una guerra absurda acabaron sin empatía. Monstruos movidos por un odio construido desde unas bases totalmente confundidas.
Ahora las personas parecen tener cierto apego por las malas conductas, como si la vida tratase de pisar al débil para que individuales lleguen a ser algo, pero completamente solos.
La gente ya no se ama, se ha perdido el respeto. Amar no es más que ofrecer lo bueno de ti a alguien y que a cambio esta persona te lo ofrezca o se marche con respeto, sin herir tus sentimientos. Sí queridxs amigxs, se puede rechazar sin recurrir a la violencia verbal, al desprecio. Las personas cambiamos de opinión y de gustos constantemente, que a alguien le dejes de gustar no es una ofensa. Simplemente respétalo y, aunque probablemente tus gustos sigan intactos, el tiempo y la vida siguen. Es una pérdida de tiempo querer entender a base de odio por qué.
El mundo cada vez está más enfermo, se muere, se pudre. La madre tierra no llora, sin embargo, tarde o temprano dejará de soportar tanto peso sobre sí misma y olvidará que acuna el odio. Sacudirá su lastre y volverá repleta de paz y armonía o, a consecuencia de nuestra forma de evadir responsabilidades, se pudra para los restos. Y todo esto habrá sido un segundo en el tiempo. Tan efímero que, absolutamente nadie recordará nuestro paso por el mundo.
La vida se está muriendo y a nadie parece importarle. Ocupados con su absurda batalla de egos.
"El ser humano es malo por naturaleza", he escuchado esto tantas veces, que no me puedo creer cómo mi alma se estremece cada vez que abro los ojos y veo el mundo que nos han dejado.
El ser humano es bueno por naturaleza, es esta vida que nos han vendido la que (n)os hace absurdamente malos.
Por eso, y aunque estéis cansadxs de oírlo, el feminismo es tan necesario. Una lucha que trata de abolir cualquier forma de opresión no puede ser mala, sin embargo, y cómo no; hay quienes la malinterpretan. Y las personas, egocéntricas y llenas de soberbia, en vez de explicar y dar a entender, prefiere seguir con su batalla de egos absurda.
Por eso, querida vida, tu existencia debe ser efímera. No puedes seguir acunando tanta mierda. Tu final debe ser necesario e inevitable.
Pero, antes de que te vayas, quiérenos. Enséñanos todo lo que nos hemos perdido por absurdos. Así el mundo acabará llorando y tú, por fin, libre.