lunes, 29 de junio de 2015

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Quizá no eras tú, ni tampoco tus ojos.
Quizá no era yo, ni tampoco mis manos.
Últimamente ando más triste, más cansada, más perdida.
Ya nada me recuerda a nada, y absolutamente todo me desagrada.
Quiero recordarte, aquĂ­, conmigo. Quiero acordarme de cĂłmo se sentĂ­a estar a tu lado. Pero desgraciadamente soy una chica olvidadiza, ya a penas pronuncio tu nombre en voz alta.
He tenido mucho tiempo para pensar, pero sólo he llegado a la conclusión de que el tiempo no cura, y que mi odio hacía cualquier referencia tuya me daña un poquito más la grieta del pecho.
Me habĂ©is tomado por tonta, y no me gusta cĂłmo se siente. La verdad es que esto me lo podrĂ­a esperar de ti, pero no de Ă©l. ¿Y todo ese cuento de la moneda?
Supongo que todo el mundo está muy ocupado en vivir su vida, y yo aquĂ­, sin saber quĂ© hacer con la mĂ­a 
De verás creo que quitármela sería la mejor opción, pero luego siempre me acuerdo de que para eso, quiera o no, siempre hay tiempo. Quizá más tarde.
Es horrible darse cuenta del tiempo que estás tirando a la basura, y que nunca volverá. Es horrible darse cuenta de que todo eso que decían tus padres era verdad. Que te alejaban de caminos por razones que, si me hubiese parado a escuchar, nunca tendría que haber experimentado.
Que es verdad que un dĂ­a te despiertas y ya no eres una niña pequeña. 
Que mamá ya no te va a besar las heridas, porque hay heridas que ya no las sabe nadie. Y es jodidamente horrible callarse y guardarse todo aquello que te está matando por dentro.
Y quizá no fuiste tú, ni fueron las veces que me besabas en la frente las que me iban a proteger de todo el daño, cuando fueron tus caricias las que se convertían en puñales. Y que quizá tampoco era yo, ni fueron mis caderas las que aliviaron a ese perro loco.

Es probable que nunca sea nadie, ni nada. Que no existamos. Que todo sea una horrible pesadilla.
Despiértame cuando todo termine, que sean tus ojos los que vea después del trance.

94% y en aumento.

sábado, 6 de junio de 2015

Nadie te echará de menos.




Silencio.

Todo se ha vuelto oscuro, no sé si es la noche, si he decidido apagar las luces, cerrar los ciclos. Ser más consecuente con mis actos.
O si simplemente me ha cegado tanta luz.

Pienso que quizá todo esto fue una pérdida de tiempo. Pero qué bonito parecía desperdiciarlo a tu lado.
Ahora ya no.

Ahora ya no tantas cosas, que empiezo a pensar que realmente soy difĂ­cil de tratar. O un monstruo sin sentimientos.
En realidad todo eso ya da igual.
Las luces, la oscuridad...
Todos sabemos que sin una, no hay otra. Y que me da igual si brillo o soy oscura.
Que malgasté el tiempo que no tenía.
Que, y ahora sĂ­ conscientemente, he estado ciega demasiado tiempo. Con el humo y todo lo que eso conlleva.
Atraída por miseria, que se vende, que se compra. Que se pierde poco a poco, deteriorando. El caos es una forma de arte. Arte para el que mira desde fuera. Para el que no está dentro de la mierda.
Pobre ilusos, déjales, se creen que entienden.

Miseria de pega.
Adicto a la tristeza, y todo ese rollo.

Lo estoy dejando. Y qué mas da si nadie va a querer quererme. No, que va, no lo necesito. Quizá yo, algún día.
Echaré de menos las estrellas.
Fue anoche bebiendo cerveza cuando me di cuenta de todo lo que dejo atrás, y, ¿sabes quĂ©?
Me da igual.
Nadie me echará de menos.
Nadie te echará de menos.

Así que, para qué seguir complicándome la vida con algo que voy a dejar atrás. Que voy a dejar.
Si voy a empezar de cero y tengo el listĂłn muy alto.
AsĂ­ pues, adiĂłs a los dĂ­as de ensayo.
A intentar conocer a alguien para finalmente darme cuenta de que lo desconozco, y quién sabe. La moneda.
Ya nunca sabré que habríamos sido. Qué es él. Por qué siento que le conozco de toda la vida y ese ímpetu suyo al tocar la batería que me pone jodidamente cachonda.

Ya nada será como antes. Y, joder, no sé qué decir.

Qué bonito perderos de vista.
Hijos de puta.



lunes, 1 de junio de 2015

sp(ee)ud.



AdicciĂłn.
¿Real o socialmente impuesto?
¿Dependencia o apego?
Lo cierto es que no puedo dejar de preguntarme por qué hay drogas socialmente aceptadas; como Valium. Y otras no. Qué diferencia hay entre unas y otras, si ambas crean dependencia.
Qué os ahorráis vosotros para tenernos enfermos.
Por qué la cura a la adicción es otra adicción socialmente aceptada.

Maldita sociedad, se ha cargado a sĂ­ misma.
¿QuĂ© diferencia hay entre querer morir; doble dosis de pastillas?

Te echo de menos.
Yo también quiero ser feliz fuera del ciego. Y no entiendo este patético final.
Por qué con ella sí y conmigo no.
Qué me falta a mi que le sobra a ella.
¿Es porque no soy suficiente cosa para ti?
Voy a reírme, porque sí. Porque no entiendo para qué sirve derramar más lágrimas; si no curan.
Así que, no sé, me cuesta despedirme. Soy un poco idiota. Imbécil. Como prefieras. Pero he captado el mensaje... y me está jodiendo porque nunca llegaremos a saberlo.
No sé, a mí eso me quita horas de sueño.
Me largo, pues.
Por si acaso decides volver y sigo siendo débil. Mierda. Siempre lo seré con esos ojos.
Maldito hijo de puta.

Mentes en jaula necesitan liberarse.
¿Será mejor morir feliz y joven a viejo y amargado?
Personalmente no quiero morir sin saber que he estado haciendo lo que me ha gustado siempre.
A estas alturas no podrĂ­a decirlo.
Así que, por qué morir ahora si para eso siempre hay tiempo. Elegir la vida.
Viajar a Alaska, disfrutar de Berlín. Follar hasta el culo de pastillas. Enamorarse. Lagos, montañas, aire limpio. Dejar la mala vita.
Ver nacer a un lobo. Crecer cerca de los árboles. Dejar el tabaco y dedicarse al THC en exclusiva. No me mires así, ya empecé aclarando esta historia.
Dejar que la vida ponga a cada uno en su lugar. Regenerar el karma, porque lo veo chungo.
Poco a poco todos al hoyo.
Me siento vacĂ­a, asĂ­ que no te esfuerces. Mucha suerte intentando salvarla.

Sigo sin tener nada claro,
excepto que te echo de menos.

Con cariño,
Laura.