sábado, 26 de marzo de 2016

estoy rota, pero me quiero mucho


La vida me pide un cambio. Yo me enciendo otro cigarro y pienso: "mañana". Levanto la vista y el cielo me llama. Sube. Aún más.
Recojo mi pelo y sonrío.
Estoy loca, pero me quiero mucho.
Echo las culpas en un frasco. Lo regalo.
Quizá en otro momento.
Miro al espejo y me veo. Estoy ahí, tengo el escudo. Lo acaricio con cariño, me muerdo el labio y digo: «me has salvado tantas veces como matado. Va siendo hora de darnos tregua».
Recojo los pedazos y los guardo como trofeos. Estoy rota, pero sigo aquí.
No necesito a nadie. Ese es tu regalo.
No te necesito y te mantengo a mi lado.
Así para cualquier cosa. Así para cualquier persona que dejo apoyarse en mi regazo.
Ya no corto. Ya no quemo. Sólo aullo. Sólo muerdo. No estoy para tonterías ni me afectan lo más mínimo. Soy fuerte y estoy rota. Me encanta repetírmelo.
Estoy rota, pero me quiero tanto.
Cierro los ojos porque me pesa el mundo. Las cicatrices me recuerdan que fui mi peor enemiga. Cuánto daño soy capaz de hacerme, pero sobre todo de aguantar.
Soy dulzura y soy veneno.
Tú sabrás qué quieres de mis manos.